Un poco acerca de mí

Ya en mis primeros contactos con pacientes, me llamó la atención que el realizar una técnica kinésica, por muy buena que fuese, no era suficiente si no había cariño y conexión con la persona a la cual trataba. Me di cuenta de la importancia de la mirada, nuestro primer contacto; de una escucha activa, que va mucho más allá de la explicación del síntoma; de un “toque” amoroso al realizar la técnica; y de empoderar a la persona y la familia que son ellos los que pueden y deben hacer los cambios para obtener los mejores resultados.  Cada uno de nosotros somos el propio responsable de nuestro mejor estado de salud, sólo que a veces necesitamos ayuda para hacer el “click” del cambio.